APRENDER de las ESCUELAS
La escuela 473 fue fundada en el año 1960. Está ubicada en una zona rural, en el barrio Macuco, que pertenece al Municipio 2 de Mayo, en el Departamento de Cainguás de la zona meridional de la provincia de Misiones. La mayoría de las familias viven en el barrio.
Los alumnos de la escuela pertenecen a familias de alta vulnerabilidad. De hecho, un gran porcentaje de padres son desocupados y viven exclusivamente de planes sociales. Solamente alrededor de un 20% trabaja en huertas o chacras de la zona.
La escuela es de jornada simple y tiene dos turnos. A lo largo del tiempo fue ocupando diferentes edificios y en la actualidad cuenta con una infraestructura que permite albergar a su matrícula, que es de 378 alumnos (2014).
El liderazgo de quienes conducen las escuelas resulta indispensable para motivar a los docentes hacia el logro de metas comunes. Y esto resulta especialmente relevante en el caso de las escuelas insertas en contextos adversos, ya que alcanzar las metas propias de la escuela implica, en muchas ocasiones, sostener el esfuerzo sin contar con los recursos que idealmente se requieren.
En el caso de la escuela 473, pudimos observar que el liderazgo de Irma, la directora, resulta indispensable porque ella anima la vida de la escuela, coordina a los docentes y articula el trabajo escolar con las familias.
Pero Irma no trabaja sola. Los docentes se reúnen una vez al mes para conversar sobre los problemas de la escuela y preparar lo que se requiera según el calendario escolar. De hecho, los objetivos de la escuela fueron redactados por el conjunto del colectivo docente, pensando juntos qué escuela querían y el perfil del alumno que les gustaría sea el egresado de la escuela.
El compromiso con la tarea diaria es muy importante. La directora afirma que los docentes aman su trabajo. Los docentes ratifican este juicio y expresan: “una de las fortalezas de la escuela es que los docentes se ayudan en todo, y a todos nos gusta trabajar”, “Acá nadie trabaja solo, hay mucha colaboración”. Esto genera un muy buen clima de trabajo, fundamental para alcanzar los objetivos educativos planteados.
Por supuesto que este clima de trabajo con la tarea impacta en la relación con las familias, que se manifiestan contentos con la cordialidad, compromiso y empatía que perciben en la directora y en los docentes. En las entrevistas, ellas comentaron:
“Siempre te escuchan y si hay algún problema siempre buscan la solución”.
“Es muy fácil comunicarse con la directora. Ella siempre está en la puerta. Es como si nos conociera de toda la vida”
Con entusiasmo, la directora afirma sobre los niños: “les encanta hablar y les encanta venir a la escuela, la fortaleza de la escuela está en los chicos, en las familias que eligen la escuela y en los maestros que se refieren a la escuela 473 diciendo ‘nuestra escuela’”.
En las escuelas resilientes, los docentes se preocupan porque todos los alumnos adquieran los conocimientos fundamentales y buscan el camino para ayudar a sus estudiantes a alcanzarlos.
La directora de la escuela 473 opina que lo que más influye en el aprendizaje de los niños es el trabajo de enseñanza de los maestros, y en segundo lugar identifica la influencia de las posibilidades del niño y de su familia. De este modo asume con su equipo la responsabilidad por los aprendizajes de los niños, sin desconocer el contexto pero al mismo tiempo sin culpabilizar a los niños y a sus familias si se presentan dificultades en los procesos de aprendizaje.
«Lo que más me gusta de la escuela es mi maestra, porque gracias a ella yo aprendí mucho y por ella soy la persona que soy. Porque ella no tiene problema de explicarte cien veces, la cuestión es que quiere que aprendamos y seamos personas de bien.» (Alumno de 6to)
Hasta el momento la escuela no cuenta con gabinete psicopedagógico. Los maestros se ocupan de los problemas que presentan los niños y tienen a su cargo la responsabilidad de recuperar a cada uno de los que se atrasan por algún motivo. Incluso asisten a los alumnos con sobreedad que fueron reasignados al grado con sus pares de la misma edad. Cuando algún niño se ausenta por enfermedad sus compañeros se organizan y se ofrecen voluntariamente para llevarle las tareas de parte del maestro.
La directora afirma: “lo importante es recuperarlos y no hacerlos repetir”. Al respecto, una madre expresa: “Y si ven que no saben leer los maestros los ayudan. A mi hija le dieron un cuadernito para casa y ahora sabe leer y escribir. Otros te dicen ‘arreglate solo’. O te lo pasan de grado y el chico no sabe leer. Muchos creen que la escuela de Macuco es la escuela de los pobres, y nada que ver.”
Los aprendizajes alcanzados permiten que los niños sigan estudiando, aún cuando se trata de una escuela con una población de alumnos de contexto muy vulnerable. El testimonio de una madre de 4 hijos (de los cuales 3 ya han egresado) da cuenta de ello: expresa que su hijo mayor es profesor de Cs. Agrarias de la EFA (Escuela de la Familia Agrícola), otra de las hijas estudió para ser secretaria administrativa y la de 18, al terminar el secundario, estudiará Magisterio.
En la escuela 473, los objetivos de aprendizaje se alcanzan tanto a través del acompañamiento de los alumnos con mayores dificultades como de proyectos educativos que fortalecen la motivación y vinculan lo aprendido en la escuela con la vida y las problemáticas que viven los alumnos. Algunos de los proyectos desarrollados por los docentes de la escuela 473 se refieren a temas como la violencia y mediación de conflictos, el trabajo infantil, los juegos de antaño, las redes sociales y otros.
En estos contextos la escuela tiene como misión trabajar para preservar los derechos de los niños y muchas veces también tiene que defenderlos de los peligros presentes en sus contextos. Dos de los proyectos que describimos a continuación muestran cómo los docentes se comprometen desde sus aulas con los derechos de los niños.
Los maestros vieron la necesidad de alertar a todos sus alumnos sobre los riesgos de contactarse con personas desconocidas a través de las redes sociales. Esto sucedió cuando una niña del pueblo estuvo a punto de ser víctima de una red de pedofilia.
Los docentes se preguntaron qué podían hacer para reducir los riesgos a los que se ven expuestos sus alumnos y luego de realizado el proyecto con sus alumnos, decidieron cerrar el proceso presentando una propuesta de proyecto de ley en el senado. Por este proyecto recibieron una medalla de oro en la Feria de Ciencias.
Ellos mismos reconocen que los proyectos que presentan en la feria de ciencias representan una sobrecarga de trabajo, sin embargo, también los ven como una oportunidad para generar un impacto en el entorno.
Uno de los principales motivos de inasistencias a la escuela es el trabajo infantil. Los padres llevan a sus hijos a la tarefa (cosecha de yerba mate) o dejan a sus niños más pequeños al cuidado de los más grandes cuando ellos salen a trabajar en las cosechas.
El proyecto sobre trabajo infantil, al que denominaron “El trabajo no es cosa de chicos”, tuvo como objetivo reflexionar sobre la participación de los niños en la tarefa. Fue coordinado por los docentes de 6° grado, integró conocimientos de distintas áreas y se enfocó en el tema del trabajo infantil ya que uno de los problemas que se presentan en la escuela es el de las inasistencias de los niños por la participación en la cosecha de la yerba mate.
La elaboración de preguntas para realizar una encuesta, el procesamiento de las respuestas, el armado de videos para explicar en qué consiste el proceso de cosecha de la yerba y el análisis cuantitativo y cualitativo de los resultados, fueron algunas de las actividades que comprometieron a los alumnos en este proyecto.
Este proyecto permite apreciar cómo, a partir de la preocupación por las ausencias a clases y la desatención de los derechos de los niños, los docentes se involucran con un trabajo reflexivo y crítico en aspectos de la vida de sus alumnos que son socialmente naturalizadas.
Otro ejemplo de los proyectos que realizan es el “notimural”. Para llevarlo adelante, utilizan una cartelera que está a la vista de todos para publicar noticias que escriben los chicos. Resulta de una producción compartida entre los grados y en ella siempre participan diferentes alumnos.
Estos proyectos ayudan a fortalecer las competencias de los alumnos, especialmente la escritura, la lectura y la expresión oral. Esta última es considerada por los docentes como la principal fortaleza de los niños. Incluso, pudimos observar la destreza con la que recitaron el poema que prepararon para el acto del pueblo[1].
Sobre la escuela y sus aprendizajes, los alumnos mayores expresan que aprendieron conocimientos instrumentales y también a vincularse mejor con los demás:
A mí lo que más me gusta de la escuela es el aprendizaje porque es muy lindo y serio, donde cada día podemos aprender cosas nuevas, aprender algo que no sabíamos o algo que no nos haya contado nadie de nuestras familias o amigos.
Aprendí a leer y escribir y a ser educado con las personas mayores.
Aprendimos a dividir por dos cifras, a realizar ejercicios combinados, los números naturales, también los números enteros, números decimales, fracciones. También divisores comunes. Además la señora Bea nos enseña con muchas ganas.
Aprendí a leer y a corregir mis errores. Aprendí muchas cosas que no conocía y también estoy muy contenta.
Lo que más me gusta de la escuela es aprender porque leemos mejor, escribimos mejor, aprendemos a cuidar las cosas mejor, porque jugamos, corremos.
Lo que más me gusta de la escuela es la participación en la clase de matemática porque es divertido y aprendo más.
Lo que más me gusta de la escuela es mi maestra, porque gracias a ella yo aprendí mucho y por ella soy la persona que soy. Porque ella no tiene problema de explicarte cien veces, la cuestión es que quiere que aprendamos y seamos personas de bien.
Lo que más me gusta de la escuela es el estudio porque en el futuro seré una persona con estudio y con título.
Me hace feliz tener informática, jugar al fútbol y charlar con los amigos. Siento que la escuela me cambió la vida, aprendí a ser amable y educado.
Siento que en todos estos años aprendí a ser mejor persona.
Yo aprendí muchas cosas, por ejemplo, a ser mejor compañero con los demás.
Lo que más me gusta es aprender, estudiar, porque si una persona estudia puede vivir abrigado y tener sus cosas.
Me gusta el fútbol porque es un juego divertido y me gusta trabajar en grupos porque nos ayudamos uno al otro y si yo no sé algo mi compañero me ayuda.
En las expresiones de los alumnos de 6º grado se puede observar que la escuela promueve diferentes aspectos de su desarrollo, vinculados con el saber, el saber hacer y el saber vivir con otros.
El liderazgo de la directora, el compromiso docente y la comprensión de la realidad en la que los niños están inmersos, contribuyen con el cumplimiento de las metas de la escuela: volver más justa la distribución de conocimientos y ofrecer oportunidades para el desarrollo integral de todos los niños y niñas que concurren cada día.
La escuela Nº 473, rural y misionera, está rodeada por una tupida vegetación y por una alfombra de tierra roja. El edificio, inaugurado hace pocos años, acompaña el entorno con prolijidad y sencillez. No es un edificio más. Es una hermosa escuela que alberga directores y maestros comprometidos con su misión: enseñar y mejorar en algún sentido la vida de los niños, de sus familias y del pueblo.
[1]Cuando llegamos a visitar la escuela el pueblo estaba de fiesta porque cumplía 74 años.