APRENDER de las ESCUELAS
INTRODUCCIÓN
La escuela primaria 707 “La ecológica”, con 130 alumnos en la sede núcleo y 120 distribuidos en sus cuatro nodos, está ubicada en el noreste de la Provincia de Misiones, en la colonia Itatí del departamento de Andresito, a 20 kilómetros de la frontera con Brasil. Actualmente se encuentra frente a una ruta asfaltada y los docentes residen en el pueblo, pero hasta hace pocos años vivían en la escuela por la dificultad en el acceso.
La escuela fue creada en 1987, cuando las tierras fiscales que pertenecían a las Fuerzas Armadas fueron distribuidas entre colonos para poblar la zona. Muchos de esos primeros pobladores vendieron y se fueron, y hoy los chacareros que trabajan la tierra tienen parcelas de entre 20 y 80 hectáreas.
Las condiciones de la escuela y de los alrededores fueron mejorando a lo largo de los años. Al comienzo funcionó en un galpón y luego se construyó una escuela pequeña de material. En 2011 se inauguró el nuevo edificio, muy amplio, con un gran salón de usos múltiples, oficina del director, biblioteca, tres aulas, y un edificio contiguo donde funciona la sala de nivel inicial. A pesar de su amplitud, al contar solo con tres aulas las clases se dividen en dos turnos: segundo ciclo a la mañana y primer ciclo a la tarde. En el momento de la visita, la antigua escuelita se estaba pintando para funcionar como sala de salud, y las antiguas casas de los docentes estaban abandonadas (salvo la del director que se usa para que los docentes que trabajan todo el día en la escuela almuercen).
Los pobladores se encuentran también en una mejor situación. En primer lugar por la economía misma del lugar, que ha repuntado en los últimos años. Pero también por los programas de gobierno. La Asignación Universal por Hijo, por ejemplo, tuvo un gran impacto en la escolaridad de los niños y niñas y en sus condiciones de vida. Tal como comenta un docente: “Antes recién en mayo sabíamos la matrícula de la escuela, porque muchos esperaban cobrar la venta del tabaco para comprar la vestimenta y útiles para asistir. Hoy, en cambio, ya están todos inscriptos desde el primer día”.
LIDERAZGO DE LARGO PLAZO
El actual director, Rodolfo Roberto Mendieta, dirige la escuela desde sus inicios, hace 21 años, y es una clara muestra de cómo un director comprometido puede, a través del esfuerzo continuo, liderar una escuela que incluye a todos en el mundo del conocimiento. Durante los primeros años, su principal preocupación fue la asistencia de los alumnos. Por eso no esperaban a que las familias inscribiesen a los niños y niñas: el director y los docentes iban a cada hogar a realizar la inscripción. Esto les permitía conocer las condiciones en que vivían los alumnos, comprender su contexto, acercarse a las familias, e incluso conocer sus necesidades más allá de lo educativo y trabajar para mejorar su situación. Una madre contó, por ejemplo, como “antes el director salía a sacar fotos a las casas que no tenían techo para conseguirles el techo de zinc”.
Al director también le preocupaba dotar a la escuela de las condiciones necesarias para la enseñanza y el aprendizaje, tanto desde el punto de vista humano como material. Y para ello, no solamente se utilizaron las estrategias clásicas como la solicitud a las autoridades para la construcción de aulas o creación de cargos, sino que se recurrió al capital social del mismo director, aprovechando su propia red personal para –por ejemplo– atraer docentes jóvenes y comprometidos a su escuela: “Yo tenía mi hermana directora de la escuela, entonces pasaban los practicantes por su escuela, entonces ella me recomendaba a los mejores”…”Venían docentes nuevos que además querían hacer cursos. Se instalaron, se casaron acá, formaron familia en la zona. Vinieron con un bolso, y se instalaron”… Dos de los docentes entrevistados, con muchos años de antigüedad en la escuela, fueron especialmente recomendados al director, quien supo involucrarlos en el proyecto de la escuela desde un principio. Hoy son pilares fundamentales del éxito de la escuela “La ecológica”.
El liderazgo no se circunscribe a la escuela núcleo, sino que el Profesor Mendieta recorre diariamente las escuelas nodo para acompañar a los docentes. Esto es facilitado gracias a que el director tiene un cargo de tiempo completo, a la mañana en la escuela núcleo y a la tarde para recorrer los nodos. Este seguimiento de lo que sucede en la escuela no se limita a observar y conversar con los docentes, sino que involucra la relación con los mismos alumnos, tanto para motivarlos a estudiar y mejorar sus comportamientos, como para controlar a los docentes. De hecho, en la visita a la escuela se pudo observar el trato del director con un grupo de alumnos catalogados como “traviesos”, quienes se acercan en el patio a contarle alguna anécdota y él se relaciona con ellos con mucha empatía.
UN EQUIPO DOCENTE COMPROMETIDO
La conformación de un equipo docente sólido, estable y comprometido fue clave en el proceso de construcción de una buena escuela. Los cuatro docentes de la escuela núcleo trabajan hace más de diez años en la institución. ”Encontré un grupo que ama la profesión. Eso hace la diferencia. Llegaron a esta escuela jóvenes, recién recibidos, entonces uno los puede guiar, lo que yo daba caía en tierra firme”, comenta el director.
El compromiso se refleja en cada detalle del funcionamiento de la escuela. La pulcritud del edificio, la asistencia de la gran mayoría de los docentes en un día de paro (como fue el día de visita a la escuela), la planificación de secuencias didácticas, el aprovechamiento del tiempo, el trabajo de a pares para articular el nivel inicial con el primer grado, la búsqueda de recursos entre familiares y amigos personales para –por ejemplo– construir y equipar el espacio para la sala de nivel inicial (que hoy cuenta con un espacio propio en el nuevo edificio, pero que originalmente fue construido por el esposo de la docente)… Los ejemplos se multiplican.
Las entrevistas a los docentes y las observaciones de clase reflejan claramente este compromiso. Las clases están cuidadosamente planificadas, el tiempo se aprovecha al máximo, el trato de los docentes hacia los alumnos es respetuoso y con un cariño que se siente en el aire. Cuando los docentes hablan de sus alumnos lo hacen con emoción por las cosas que logran, sobre todos aquellos con mayores dificultades.
ALTAS EXPECTATIVAS
Actualmente las ambiciones son mayores que hace 20 años y no se limitan a la asistencia a clases de los alumnos, a dotar a la escuela de los recursos necesarios o a mejorar las condiciones de vida de las familias. Hay altas expectativas con respecto a los aprendizajes, que se reflejan la idea de que el aprendizaje de los alumnos no depende de su contexto, sino, en palabras del propio director, “de que el docente esté dispuesto con todo su bagaje a querer enseñarle”.
El siguiente testimonio de una docente muestran esta mirada con máximas expectativas: “Lo que yo quiero es que todos sigan estudiando, mi preocupación es esa, que ellos también puedan seguir la secundaria, porque yo también fui hija de colonos, trabajé en la chacra, entonces me pongo como ejemplo, yo les digo que si yo pude ellos también pueden. Yo tengo ex-alumnos de esta escuela que son docentes, comparten cursos capacitaciones conmigo. El año pasado me sentí muy orgullosa porque una de mis alumnas está trabajando el profesorado y eligió esta escuela para hacer sus prácticas. Y eso hace que valga la pena quedarse en el lugar”.
Por otro lado, los objetivos de aprendizaje se establecen por etapas. Por ejemplo, un docente plantea que “al finalizar segundo año los chicos deben comprender lo que leen”.
APROVECHAMIENTO DE LOS PROGRAMAS EDUCATIVOS Y DEL APOYO DE LA SUPERVISIÓN
Las expectativas son necesarias pero no son suficientes para lograr buenos aprendizajes. Para ello se requiere de la implementación de estrategias de enseñanza adecuadas, y los docentes de la escuela “La ecológica” han sabido aprovechar las diferentes propuestas de formación ofrecidas por los diferentes programas nacionales, provinciales y de organizaciones no estatales, comenzando con “Todos pueden aprender” de la Asociación Civil “Educación para todos”, o siguiendo con el postítulo de educación rural ofrecido por el PROMER (Proyecto de Mejoramiento de la Educación Rural).
Por ejemplo, con respecto al programa “Todos pueden aprender” el director de la escuela comentó: “Antes, hasta tercer grado los alumnos no podían aprender a leer, y al aplicar el programa se obtuvieron muy buenos resultados. Con la promoción asistida ya no tenemos repitentes, y los chicos aprenden”. Un ejemplo con respecto a este punto lo ofrece una docente citando el caso de dos alumnas de la escuela:“Llegaron con diez años sin saber leer. Venían de otra escuela. Y con la metodología del enfoque equilibrado las sacamos adelante, ¡y no sabés cómo les gusta la lectura!”.
En la planificación y ejecución de las clases se refleja la implementación a conciencia de las propuestas recibidas, sobre todo con relación a la comprensión de textos, y esto se traduce en los logros de aprendizaje de los alumnos. Según una madre entrevistada: “Acá enseñan bien, enseñan mejor que algunas escuelas de Andresito. Los chicos salen de 7mo grado y no tienen problema en el secundario. Nuestros chicos están aprendiendo cosas que nosotros no pudimos aprender”.
Y, por otro lado, se puede observar a través de los discursos y las prácticas la atención a cada alumno: una alumna de primer ciclo con gran poder de oratoria relata un cuento en una jornada donde se invitó a los padres a mostrar el trabajo de aula, un docente se toma diez minutos al comenzar la clase para devolver cuadernos corregidos con un comentario personalizado en cada caso, y para los alumnos más “inquietos” se implementa una estrategia para que puedan participar de la fiesta del pueblo sin hacer travesuras: el director los nombra sus ayudantes durante el paseo para que permanezcan entretenidos.
PARTICIPACIÓN DE LAS FAMILIAS
En “La ecológica” la relación con las familias es percibida como un factor clave para la inclusión educativa de los alumnos. Por eso desde sus inicios, los docentes visitaban los hogares de los niños y niñas para conocer su contexto, alentar las inscripciones, revertir inasistencias y realizar un seguimiento pormenorizado en los casos necesarios. Actualmente, la participación se plasma a través de la colaboración con el funcionamiento logístico de la escuela (por ejemplo, a través de la limpieza del edificio del nivel inicial) y de invitaciones periódicas para que las familias conozcan el trabajo que se realiza en la escuela, sobre todo en los primeros años. Tal como comenta una docente: “de esta manera, las madres entienden la importancia de los que niños vengan todos los días. Antes venían una o dos veces por semana. Ahora es raro que falten”, comenta la docente.
En la escuela “La Ecológica” se respira un clima cordial y amoroso, se percibe el brillo en los ojos de docentes, alumnos y familiares, y se vive pedagogía cada minuto. El aprendizaje es el foco del trabajo diario. El tiempo se aprovecha al máximo, y los recursos materiales y humanos se buscan por doquier. En “La ecológica”, la esperanza del poder transformador de la educación se vive cada día.