Las escuelas

Misiones

Centro Educativo Polimodal N° 27, Cainguás

Introducción

El Centro Educativo Polimodal (CEP) N° 27 está ubicado en la localidad de Salto Encantado, que pertenece al Municipio de Aristóbulo del Valle y está emplazado en el departamento de Cainguás (zona meridional de la Provincia de Misiones).

Fue fundado en el año 2004. Funcionó en los primeros tiempos en el centro comunitario Municipal, y en el año 2007 se mudó al edificio en el que funciona actualmente. Tiene una matrícula de 280 alumnos (2014).

El patio del edificio del CEP 27, inaugurado en 2007

El patio del edificio del CEP 27, inaugurado en 2007

El 80% de las familias vive de planes sociales, son changarines o tareferos[1]. Incluso hay alumnos que trabajan. Según los datos del último censo, en el departamento de Cainguás un 14.7% de la población tiene necesidades básicas insatisfechas.

Los alumnos del Ciclo Básico asisten en el turno mañana y los del Ciclo Superior en el turno tarde. Cada grupo de alumnos tiene actividades en el contraturno correspondiente.

 

Enseñar para que todos y todas aprendan

Las escuelas resilientes son aquellas en las que todos y todas los alumnos adquieren los aprendizajes fundamentales a pesar de estar inmersas en contextos adversos. Raczynski (2004) sostiene que este tipo de escuelas no logran resultados como consecuencia de tener solo “buenos alumnos”, sino implementando estrategias para que los alumnos más problemáticos también alcancen los mejores resultados posibles.

Es un orgullo para el CEP 27 que el equipo docente haya podido ayudar a avanzar a chicos que no avanzaban en otras escuelas. Una madre entrevistada expresa: “Traje acá a mi hija porque mi hermano viene a esta escuela. Le iba muy mal, acá los profesores siempre ayudan a los chicos. Ahora está en 5º año y le va re bien”. En el mismo sentido, uno de los alumnos expresa: “Lo que más me gusta es la forma de enseñanza que nos brindan los profesores porque buscan de esta manera ayudar a todos para que todos sean capaces”.

En esta escuela secundaria se realiza un seguimiento de los alumnos en las tutorías que se hacen gracias al Plan de Mejora. Como parte de la estrategia de seguimiento, se realiza un control cotidiano de las inasistencias. La directora expresa: “Cuando un alumno no viene, me desespero”, y con esta expresión manifiesta la importancia que le dan institucionalmente a la asistencia y el conocimiento que tienen sobre los riesgos que trae aparejada la ausencia a clases.

Asimismo, la escuela cuenta con un CAJ (Centro de Actividades Juveniles) y, como parte de esta oferta, se brindan posibilidades de asistir a talleres de apoyo para reforzar el aprendizaje de las materias centrales, como así también al taller de Radio[2].

«Aprendí a compartir, a trabajar en grupo, a ser mejor persona y a tomar decisiones» (Alumno)

Como en todas las escuelas resilientes, existen historias personales que inspiran y son la prueba cotidiana del sentido de la escuela. En esta escuela, se destaca el caso de un alumno huérfano que no tenía dónde vivir y todos se ocuparon de él. Cuando estaba en 1º año vivía en las casillas abandonadas de la ruta, sin comer y sin abrigo. Hoy vive con un tío y tiene calificaciones de 6, 7 y 8 en las evaluaciones y está terminando su secundaria. Los docentes afirman: “No hablaba y hoy es uno de nuestros mejores locutores en la radio escolar”.

Un alumno, la directora y la profesora a cargo del taller de radio

Un alumno, la directora y la profesora a cargo del taller de radio

Los alumnos mayores de la escuela se expresan sobre estos aspectos y los evalúan positivamente: “Lo que más me gusta de la escuela son las clases de apoyo porque nos ayudan cuando no entendemos algo y muchas veces cuando tenemos exámenes”.

Otro ejemplo que muestra la confianza que depositan los docentes en sus alumnos es que a los estudiantes mayores les asignaron la responsabilidad de organizar talleres para chicos de otras escuelas sobre el voto a los 16 años. En dicha ocasión pudieron coordinar la actividad y mostraron sus capacidades en una situación que les permitió actuar con lo aprendido, fuera de las paredes del aula.

Los vínculos que se generan en la escuela, el buen clima escolar, las altas expectativas sobre lo que los alumnos pueden alcanzar y el fortalecimiento de su autoestima son clave para explicar cómo se alcanzan estos logros.  Una de las docentes, que fue directora del CEP 27 cuando se fundó, expresa “En 1º y 2º año es fundamental trabajar sobre la convivencia, la importancia de estudiar. Ingresan sin hábitos de estudio y hoy tenemos a los egresados en estudios superiores, incluso hay ex alumnos que están a punto de ser nuestros colegas como profesores. La fortaleza de la escuela es haber apostado a estos chicos que no saben, no tienen las estructuras, no conocen… Trabajamos mucho la autoestima, es un trabajo de todos los días, es un trabajo en equipo.”

 

El contexto y la experiencia como fuentes de aprendizaje

El CEP 27 tiene un plan de estudios con orientación en Ambiente y Turismo y, en este sentido, el cuidado del ambiente es uno de los temas más importantes del currículum. En este marco, desarrollan talleres y actividades en las que la interacción con su contexto fuera del aula es directa y constituye una fuente de aprendizaje. Esta última no excluye el trabajo en el aula con recursos tradicionales sino que los complementa y enriquece.

Como parte de los trabajos de campo, conversan con los vecinos sobre el cuidado de los recursos, recogen residuos y enseñan a clasificar la basura. En la escuela se ofrecen charlas y jornadas sobre estos temas, a cargo de los profesores de Biología, Ética e Historia.

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A su vez, los alumnos cuentan con recursos tecnológicos para elaborar videos y promocionar sus emprendimientos turísticos. Realizan una jornada en la que se exponen los trabajos de todos los grupos. La experiencia es una fuente importante de conocimiento y resulta relevante que el CEP 27 la considere como tal y potencie así la enseñanza. Un padre afirma: “Yo estoy agradecido porque no podemos pagar un colegio lejos y de acá salen bien preparados. Si pasa algo nos avisan, hacen viajes, cursos de radio, cursos para ir a otros grupos a enseñar lo que aprendieron y viajan a otras provincias”[3].

«En esta escuela aprendí muchas cosas que antes no sabía: a tolerar a las personas, a descubrir mis propias capacidades y a ver que soy capaz.» (Alumno)

Los alumnos utilizan la radio para establecer una comunicación real con los vecinos. La frecuencia de la radio se extiende más allá de las paredes de la escuela y permite que la mejora de la expresión de los alumnos sea motivada por situaciones escolares pero también por experiencias reales de transmisión de información, opiniones y reflexiones personales. Uno de los jóvenes mayores expresa: “Durante estos años aprendí a comunicarme con las demás personas, como por ejemplo, en la radio”.

Un periódico local publica el proyecto de la escuela y describe: “Con la nueva especialidad, los alumnos del CEP 27 visitan los establecimientos de la zona y trabajan en mejorar una de las principales actividades económicas del lugar”[4].

 

Aprender a vivir con otros

Las buenas escuelas no solo deben preocuparse por los aprendizajes académicos, sino también por el desarrollo de la autoestima de los alumnos y de las buenas relaciones sociales.

La gestión del CEP 27 centró su tarea en el fortalecimiento pedagógico, pero  también en la construcción de vínculos con la comunidad y la convivencia entre los alumnos. La directora fundadora relata que existían muchos problemas de agresividad y violencia entre los alumnos y también de las familias con la escuela. A través de un trabajo de todo el equipo lograron un acercamiento que permite que la comunidad valore la escuela y que el clima se caracterice por la armonía entre sus miembros.

La directora que estuvo en el cargo al fundarse la escuela describe: “Al principio costó mucho. Los padres estaban muy acostumbrados a relacionarse con la violencia y todo el grupo familiar a “machetearte” si no les gustaba algo. Incluso las familias quisieron institucionalizar esta forma de vincularse con la escuela”. Agrega que en dicho proceso fue fundamental el Régimen de Convivencia que se armó con la participación de los alumnos. Al respecto expresa: “Si bien nosotros los ayudábamos con marcos e ideas ejes, ellos eran más exigentes con lo que se podía o no se podía hacer. A los padres les costó mucho aceptar estas cuestiones de la necesidad de las normas. Por cualquier cuestión venía inmediatamente, enojados y se iban agradeciéndonos. Eso es muy valioso, el rol que nosotros tenemos como institución, como docentes, cómo los escuchamos.”

El trabajo conjunto con otras instituciones de la comunidad resultó relevante para potenciar la posibilidad de la escuela de ayudar a los jóvenes. La directora recuerda: “Había algunas situaciones en las que se acababan las estrategias, había situaciones que no podíamos resolver y el juez del paz me ayudaba muchísimo a articular algunas acciones, a ayudarles a comprender a las familias que el chico tenía que estar dentro de la escuela.”

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El CEP 27 amplió los horizontes de los jóvenes de Salto Encantado y las familias pudieron apreciar el impacto del trabajo de la escuela en sus hijos. Esto también contribuyó en la mejora de las relaciones con las familias. La exdirectora afirma: “En su mayoría los padres no trabajan y viven de planes sociales. Basta recorrer e ir a buscar a un alumno para ver en qué condiciones viven. Los alumnos vienen a la escuela y  encuentran otro mundo, viajan… y ahora nosotros establecemos una relación con los padres muy linda.“

El vínculo de los docentes entre sí y el trabajo en equipo son aspectos que también influyen en el clima escolar y favorecen el aprendizaje. La profesora de Matemática afirma que los buenos resultados de los aprendizajes se deben en gran medida en que los alumnos ven el trabajo en equipo por parte de los docentes. Describe: «Se organizan muchas actividades y todos colaboran. Por ejemplo, en la fiesta de Educación Física colaboran los docentes de todas las materias«.

Incluso los jóvenes colaboran con la limpieza, el orden y el cuidado de las instalaciones de la escuela. Como hay una sola portera los chicos también arman grupos de limpieza. Un padre sostiene que “aprenden a compartir y a trabajar en equipo y salen preparados para la vida”. Una madre afirma: «no escriben las mesas; si lo hacen, les hacen limpiar y que cuiden el colegio”. Otra madre sostiene: “si rayan las mesas les hacen limpiar y que traten de cuidar la escuela. Estoy muy contenta y mi hija vive en el colegio”. Desde el Centro de Estudiantes, los alumnos colaboran con las actividades de la escuela, por ejemplo, juntando fondos para pintar la cancha.

La directora afirma: “la fortaleza de esta escuela es que todos nos preocupamos por los alumnos, trabajamos en equipo y existe un interés por que los adolescentes tengan su título”.

Con distintas expresiones, los alumnos expresan que han alcanzado estos resultados:

“Aprendí muchas cosas que antes no sabía: a tolerar a las demás personas, a descubrir mis propias capacidades y a ver que soy capaz

«Aprendí a pensar de otra manera y que con esfuerzo todo se logra».

 “Siento que aprendí bastante, a integrarme con los demás. Aprendí que tenés que estudiar si querés lograr tu meta”.

 “Lo que más me gusta es el aprendizaje y el vínculo que llegamos a tener con los compañeros porque nos hace ser mejores personas y también a confiar en los demás, para poder cumplir nuestras metas”

 “Lo que más me gusta de la escuela es el aprendizaje porque es muy bueno, nos enseñan un montón de cosas, también a través de esto podemos relacionarnos con los demás, expresar nuestras ideas o proyectos”.

“En todos estos años aprendí muchas cosas, por ejemplo, a compartir, a trabajar en grupo, a ser mejor persona y a tomar decisiones”.

“Lo que más me gusta es aprender para ser alguien en la vida, y poder compartir con mis compañeros un momento agradable porque aprender me ayudará en el futuro a ser alguien, y disfrutar momentos agradables y recuerdos para así acordarse de todos los momentos que pasamos juntos entre amigos”.

«Aprendí a compartir, a trabajar en grupo, a ser mejor persona y a tomar decisiones».

“Lo que aprendí en esta escuela durante todos estos años: a socializar y entender más a las personas”.

“He aprendido una barbaridad de información, tanto de las materias como de la vida cotidiana”.

 

Aprovechamiento intensivo del tiempo y de los recursos

Los alumnos han recibido las computadoras de Conectar Igualdad y, como ya comentamos, son beneficiados por programas como el PMI, CAJ y aportes de movilidad.

Los recursos tecnológicos suelen ser una importante fuente de motivación para niños y jóvenes. Sin embargo, no siempre la escuela logra que las computadoras sean utilizadas para tareas formativas. El CEP 27 muestra cómo los recursos pueden ayudar al tratamiento de temas que son valiosos para la formación y la socialización de los jóvenes.

La profesora de Filosofía compartió con nosotros una actividad que resultó muy significativa para los alumnos y también para las familias que vieron a sus hijos comprometidos con el trabajo. Sobre esta actividad, la profesora expresó: “En la semana del estudiante nos habíamos organizado para que preparen videos o una presentación. Tenían que armar un video sobre bullying en la familia, en la escuela, en el barrio. Se la pasaron armando textos, grabando, editando, trabajando con las familias, buscaron consultar a la policía. Fue muy significativo porque una vez que terminaron convocamos a los padres para mostrarles los trabajos. Fue una jornada de mucho trabajo. Esto te muestra que con buenas propuestas los podés contener y muestran lo capaces que son.”

Como afirmamos anteriormente, la radio es otro de los recursos que ocupa un lugar importante en el trabajo pedagógico. En ocasiones, quienes no aprueban una evaluación tienen la motivación de tener que presentar un tema de estudio en la radio. Son escuchados por toda la comunidad y al mismo tiempo mejoran su expresión oral ya que deben prepararse especialmente para ese momento. Una profesora destacó: “A partir de la radio descubrieron otra instancia dentro de sus vidas y se dieron cuenta cómo pueden llegar a producir. Se escuchan, los escuchan los padres… eso fue muy importante en la vida de ellos, una comunidad los está escuchando. En esta pequeña comunidad todos se conocen. Algunos dijeron ‘no sé leer’ y aprendieron a leer, son autocríticos y se exigen.”

También pudimos ver cómo la escuela potencia sus propios recursos convocando a especialistas de la comunidad para que los ayuden a trabajar sobre los riesgos que conllevan las adicciones. De este modo ofrecen charlas  sobre alcoholismo y drogadicción. Incluso invitan a otras escuelas a participar.

La directora afirma que a los alumnos les gusta estar en la escuela y que los docentes siempre están aunque haya paro. Agrega que el porcentaje de profesores que se adhieren a los paros es mínimo. Nos cuenta que gracias al Plan de Mejora, la escuela pudo contratar una psicopedagoga que observa clases y colabora con la situación social de los grupos.

La directora anterior describe que habían armado un sistema diferente a las otras escuelas: acordaron que los alumnos no podían irse aunque algún profesor no viniera. Compartió con nosotros que primero le costó pero que después todos lo aceptaron. De este modo, los alumnos no se retiran de la escuela aunque falten los docentes y pueden usar este tiempo realizar actividades acordadas o para leer, que es uno de los aspectos que los docentes identifican como problemático.

De este modo pudimos apreciar que el buen uso del tiempo y los recursos propios de la escuela o presentes en la comunidad son claves para potenciar el sentido de la escuela y el compromiso de los jóvenes con su propio proceso de aprendizaje.

El CEP 27 muestra que, a pesar de estar inmerso en un contexto adverso, el trabajo de sus docentes es un poderoso recurso para ayudar a cambiar la vida de los jóvenes y que ellos crean en sí mismos.  Los profesores logran que sus estudiantes quieran seguir estudiando y utilizar sus conocimientos para mejorar el lugar en el que viven. Estos resultados ya pueden apreciarse en sus alumnos y egresados.

[1] Los misioneros utilizan la palabra “tarefa” para describir el proceso de cosecha de la yerba mate en el que separan de la planta las hojas maduras y arman con ellas paquetes de entre 70 y 100 kg. [2] Radio Joven transmite de 7 a 18 y  tiene alcance en un radio de 20 km. [3] http://misionescaj.blogspot.com.ar/2011_09_01_archive.html [4] http://www.territoriodigital.com/notaimpresa.aspx?c=7615360765722014. En la nota que se puede encontrar en este enlace se describen las múltiples actividades que se realizaron en su ámbito geográfico inmediato y en otras provincias.