Las escuelas

Misiones

Escuela N° 463 «Ing. Francisco Devoto», San Antonio

Introducción

La escuela primaria 463 Ing. Francisco Enrique Devoto está en el paraje El Pesado, en el Municipio San Antonio, Departamento General Manuel Belgrano. Limítrofe con Brasil, las familias de El Pesado viven del cultivo del tabaco. El portugués es su primera lengua y, en algunos casos, suelen migrar temporariamente a Brasil en búsqueda de trabajo cuando no es tiempo de cosecha o plantación. La escuela tiene una planta de 7 docentes para atender a una matrícula de 108 alumnos de los niveles inicial, primario y secundario. Como en muchas escuelas rurales, los grados son acoplados y la directora cumple ambas funciones: a la mañana se dedica a las tareas de la dirección y a la tarde da clases. Para aprovechar los espacios, los alumnos se dividen en dos turnos. El terreno de la escuela es enorme, con amplios espacios para jugar. Pero el edificio es pequeño: con una dirección, cuatro aulas que dan a un pasillo amplio pero corto, y una biblioteca muy chica (construida por los padres) en un entrepiso. El amplio comedor se encuentra en un edificio contiguo.

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Sorprende la pulcritud de las aulas en un territorio de tierra rojiza. Y llama la atención especialmente porque la escuela no tiene portero. Y este es el primer indicador del liderazgo de la directora y la colaboración de todos para tener una escuela mejor.

Intenso trabajo pedagógico

En la escuela 463 hay un fuerte compromiso con la tarea pedagógica y el aprendizaje de los niños, niñas y jóvenes. El trabajo puntilloso de la directora sobre qué se enseña y cómo se enseña se refleja en las planificaciones, las observaciones de aula, los cuadernos de clase y la conversación con los docentes y alumnos. En efecto, la directora analiza mensualmente las planificaciones de los docentes, revisa que se cubran todos los contenidos especificados en los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios (NAP) y,  cuando puede (a la mañana diariamente y a la tarde –cuando da clase- en los horarios de las materias especiales), entra a las aulas, observa las clases de otros docentes, y los ayuda a mejorar las propuestas de enseñanza. A pesar de tener solo un turno para llevar adelante sus funciones de directora, encuentra tiempo disponible para cumplir con su rol pedagógico porque realiza las tareas administrativas en su casa, fuera del horario escolar. También organiza algunas reuniones de personal fuera del horario, en la casa de una docente en el pueblo, para poder tener tiempo de planificar acciones en forma colectiva.

“Observo todo, no me pierdo ningún detalle. Soy muy observadora, muy puntillosa, a veces trato de frenarme porque tengo miedo de cansarlos. Pero siempre hacer falta, dos cabezas piensan bien. En mi casa, fuera del horario escolar, nos juntamos y planificamos. Como no tenemos mucho que hacer en San Antonio, nos juntamos mucho fuera del horario escolar”, indicó la directora de la escuela.»

Las docentes también reconocen el trabajo pedagógico continuo de la directora de la escuela:

  • “La directora es bien correcta y nos tiene en línea, nos exigen, pero como somos hijos del rigor si no nos exigen nos achancamos un poco”
  • “Ella observa mis clases todo el tiempo. Entra de sorpresa, y cuando ve algo que tengo que cambiar me aconseja. Me da consejos. Como yo soy más antigua me dice que tengo que hacer una clase más dinámica. Nos revisa las planificaciones y nos hace cambiar”
  • “En las reuniones la directora nos dice como quieren que sean las evaluaciones para que sean completas”

Un buen clima de trabajo

El intenso trabajo pedagógico es facilitado por las relaciones afectuosas que se generan en la comunidad educativa, liderada por la directora. Los testimonios de docentes y alumnos dan cuenta de este clima que se vive en la escuela. Una docente, por ejemplo, comenta:

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“La fortaleza de esta escuela es nuestra directora, porque nuestra directora es especial, es una mujer flexibles, es una persona muy responsable, muy capaz, honesta, transparente, cumplidora. Angelical sabe ser docente, directora, colega, madre, hermana, amiga. Cuando hacemos bien, aplaude, cuando no hacemos bien nos marca, dice “hay que trabajar en esto, veo estas fallas”. Los alumnos del nivel secundario también hacen referencia, en las encuestas administradas, del clima que se vive en la escuela: “Lo que más me gusta de la escuela es que tenemos personas responsables y respetuosas con los alumnos, y una directora que es muy buena. Ella está todo el tiempo cuando hay problemas con los profesores o con los alumnos. Entra al aula y trata de explicar las cosas de la mejor forma posible” “Les pediría a los docentes que sigan así como son, explicando, enseñando, acompañando” “Lo que más me gusta de la escuela es el cariño de los profesores.  Porque nos defienden, nos protegen, y nos ayudan en las tareas que nos cuesta. Nos dan consejos en cosas que estamos con una enorme indecisión”

Aprovechamiento del tiempo

Una de las preocupaciones principales de los docentes es el uso del tiempo para el aprendizaje.  De hecho, el horario del almuerzo de los alumnos del turno tarde se adelantó porque se perdían entre 15 minutos y media hora en el almuerzo. Al momento de la visita, los alumnos eran citados media hora antes, a las 12:30, y a medida que van llegando van almorzando. Esto permitió empezar el horario de clases puntual. “Siempre hago hincapié en el uso del tiempo, no se utiliza correctamente el tiempo pedagógico, tratan de hacerlo, pero cuesta mucho, se distraen con las situaciones áulicas, tratan, pero es difícil. Yo insisto mucho en esto, porque se debería usar mejor.  Cuando faltan los docentes, los atiendo yo”, explicó la directora. “En relación a la enseñanza me dice que aproveche más el tiempo, porque perdemos tiempo, nos recalca mucho en la corrección, que seamos quisquillosos en corregirles los errores a los chicos en el cuaderno, por ejemplo”, confirmó una docente de la escuela.

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Con esta misma preocupación de tener suficiente tiempo para la enseñanza y el aprendizaje, en la escuela 463 se trabaja para que los alumnos y alumnas no falten a clase. Se realizan reuniones de concientización con las familias para que los niños y niñas no dejen de asistir en época de cosecha, y en los días de lluvia se realizan actividades recreativas para motivar la asistencia. También se intenta que los alumnos no pierdan horas de clase cuando los docentes se ausentan. A  la mañana, la directora cubre esos horarios; y a la tarde, tratan de organizarse entre todos los docentes. En ningún caso se les avisa a los alumnos que el docente se ausentará, ni se los envía de vuelta a sus casas. Se trata de aprovechar todo el tiempo disponible para enseñar y aprender.

Trabajo en comunidad

Otra de las características de la escuela 463 es la participación de las familias para mejorar la escuela. Un primer ejemplo palpable de esta participación es que, al no contar con portero, todos colaboran con la limpieza: docentes, alumnos y padres, quienes se encargan del mantenimiento del parque, que es muy amplio. También las familias colaboran para mejorar los espacios educativos. Ellas fueron quienes construyeron, junto con los docentes, una pequeña biblioteca en un entrepiso de la escuela. Además, como en muchas otras escuelas, la cooperadora conformada por los padres cumple un rol fundamental, ya que se encarga de solventar los honorarios de la cocinera. Para ello, realizan diferentes actividades para recaudar fondos.

La escuela 463 Francisco Devoto es una pequeña escuela rural, ubicada en el noreste de Misiones, al límite con Brasil, donde uno encuentra un equipo docente comprometido con el aprendizajes y la inclusión de sus alumnos, donde la directora que trabaja puntillosamente para que todo funcione lo mejor posible, y donde todos colaboran para mejorar los espacios de aprendizaje.