Las escuelas

Misiones

ESCUELA N° 770, CAINGUÁS

Introducción

edificioLa Escuela N° 770 se encuentra ubicada en el Barrio San Ramón, cercana al centro de Aristóbulo del Valle, en el Departamento de Cainguás, provincia de Misiones.

La escuela fue fundada en el año 1990, contaba con un maestro único y director, el Sr. Alberto Tito Ramírez. Comenzó a funcionar en la capilla San Ramón con 77 alumnos.  En  2014, al momento de visitar la escuela, la matrícula era de 203 alumnos, con dos turnos de  jornada simple. Cada aula alberga un promedio de 20 alumnos. Tercero, quinto y séptimo grado, como así también la sala de 4, funcionan en el turno mañana. Los grados primero, segundo, cuarto y sexto, funcionan durante el turno tarde.

En la actualidad los padres de los niños se ocupan como changarines y tareferos[1]. No tienen trabajo en el mercado de trabajo formal.  Según los datos del último censo, en el departamento de Cainguás un 14.7% de la población tiene necesidades básicas insatisfechas[2]. Incluso alguno de los niños participa con sus padres de la tarefa y falta a la escuela. Esta situación es identificada por la directora actual como la causa más importante de sus inasistencias.

El edificio de la escuela es muy sencillo. El Nivel Inicial no tiene aún un espacio propio y los baños de los niños y de los maestros se comparten. La escuela tiene un hermoso parque como patio que no hace mucho les ha donado la Municipalidad, y un espacio techado para refugiarse los días de lluvia o de mucho frío.

La escuela: un espacio abierto a todos

La política de inclusión de la directora, que es reforzada por el accionar del equipo docente, hace que la escuela 770 reciba niños que no tienen éxito en otras instituciones educativas. La directora acepta el ingreso de quienes piden su lugar en la escuela, sin seleccionarlos en el ingreso y con confianza en las capacidades de su equipo para sostener la permanencia de los niños que son caracterizados como “difíciles”.

Niños con dificultades de aprendizaje, con sobreedad o con problemas de conducta, son recibidos, aceptados y muestran claras mejoras al tiempo de estar en la escuela. Una mamá expresa cómo la escuela ayudó a superar las dificultades de su hijo:  “El mayor tenía problemas para expresarse, se ponía nervioso y se ponía tartamudo, y con el acompañamiento de todos salió adelante. Si lo mirabas fijo se ponía re- nervioso. Lo llevé al doctor y no tenía nada. Solo con el acompañamiento de los maestros que cuidaban que nadie se le burle, salió de la escuela hablando normal.”

radioOtra familia relata que ya no sabía qué hacer porque su hijo no quería ir a la escuela. Luego de consultar a un psicólogo no lograban que superara sus dificultades de conducta. Entró a la escuela 770 en 4° año, con varios años de sobreedad y cambió su actitud escolar y también su comportamiento en su hogar. Los padres están agradecidos con la escuela porque afirman que su hijo modificó radicalmente su conducta. La maestra confirma que está bien y que se lleva muy bien con su grupo de pares, se siente seguro, cómodo y feliz de asistir a la escuela. Sus padres afirman que el niño atribuye su cambio al trato que recibe de la maestra, dice que se siente valorado por ella y por sus compañeros, que no lo discriminan por su aspecto (ropa, calzado, etc.). Les expresa a sus padres que ya nadie se burla de él.

Estos relatos son ejemplos vivos de cómo un equipo docente comprometido, con altas expectativas y una mirada amorosa son factores de resiliencia clave en la historia de los alumnos.

El clima escolar como fortaleza

Los estudios muestran que el clima escolar es uno de los factores que más influye en los resultados de aprendizaje. En este sentido pudimos observar que la generación de un adecuado clima escolar constituye una de las principales tareas para la directora de la escuela. Ella describe que si bien existían muchos problemas en el trato entre los chicos,  el trabajo de convivencia  y valores, como también el proyecto de la cooperativa, ayudó a cambiar estos aspectos.

Los miembros del equipo docente también reconocen como fortaleza el clima del aula y de la escuela. Los alumnos mayores afirman: “Aprendí a respetar, a ser más tolerante, también a respetar a todos y a ayudarnos entre todos, más allá de nuestras peleas, siempre estamos juntos”; “ (…) aprendí a poder ser buena, amable, compartidora (…)”; “ Aprendí a crecer como persona (…)muchas veces cuando me sentía mal sabía que podía confiar en todos”.

Existe una contención afectiva importante para los alumnos, quienes frente a problemas familiares encuentran un lugar de apoyo y protección.  Una madre describe: “Ellos los acompañan afectiva y emocionalmente cuando se sienten mal. Yo tuve una cirugía en la columna y estuve mucho tiempo mal y los maestros estuvieron todo el tiempo con ellos. Las maestras las cobijaron y se sintieron protegidos. Ellos no bajaron las notas.” En este sentido, otra madre destaca: “Los maestros marcaron una huella muy grande en la vida de mis hijos.”

Los docentes enfatizan que todos se ayudan y una maestra que tiene un mes en la escuela destaca que al entrar llamó su atención que existe una gran solidaridad entre todas las personas de la escuela. Una docente que ya lleva varios años como integrante de la comunidad educativa, afirma: “El clima es muy importante, nos conocemos hace mucho tiempo, me siento muy identificada con la escuela, mis exalumnos traen a sus hijos (…)”.

“Aprendí a respetar, a ser más tolerante, también a respetar a todos y a ayudarnos entre todos, más allá de nuestras peleas, siempre estamos juntos”; “ (…) aprendí a poder ser buena, amable, compartidora (…)”; “ Aprendí a crecer como persona (…)muchas veces cuando me sentía mal sabía que podía confiar en todos”. (Alumnos de 7mo grado)

Un equipo docente coordinado y comprometido con la enseñanza

Los docentes son en su mayoría titulares y el trabajo en equipo ayuda a que se desarrollen numerosos proyectos. Los maestros preparan las clases, buscan material, implementan diferentes estrategias, y son asignados a los grados según el perfil y la fortaleza de cada uno.

El tiempo sin alumnos, en diciembre y febrero, es aprovechado para trabajar en equipo y pensar la enseñanza.Una docente describe: “En las jornadas planificamos el año, revisamos el material, los manuales, hicimos una articulación de sociales y lengua. Integramos las áreas por ej. en el proyecto de Periódico viajero que editan con tecnología.”

Los docentes trabajan alrededor de proyectos que articulan contenidos de distintas áreas y uno de los logros del equipo es haber llegado a la instancia tri-nacional con los proyectos presentados a la Feria de Ciencias[3].

Como ejemplo de los proyectos realizados podemos mencionar: Cooperativa; Periódico escolar; Proyecto de educación vial[4]; Nutridos crecemos mejor (1º grado), Yo elijo (2º grado), Proyecto sobre los Abuelos (“Los niños mayores”) (3º grado), Historia de nuestra escuela (4º grado), Somos escritores (5º grado), Pasitos seguros (6º grado), Por un entorno libre de drogas (7mo grado).

La escuela y sus docentes han recibido capacitaciones sobre la unidad pedagógica, plan de lectura y “Todos pueden Aprender” de UNICEF. En este marco han desarrollado un proyecto para promover la lectura en los recreos. Asimismo, el programa IACE, de UNICEF, contribuyó con la identificación de problemas y fortalezas institucionales y con la elaboración de estrategias para trabajar un plan de mejora a partir de la realidad de los niños y sus familias.

 Satisfecha con los logros de sus hijos, una madre afirma: “Tengo cuatro hijos, uno en  en 1º año de secundario. Estábamos viviendo en una chacra cerca. Pensé mandarlos acá y después mandarlos a la Normal pero no, los dejé acá. He visto el aprendizaje y el acompañamiento que hacen los maestros, por eso quiero que inicien acá y terminen acá. Tengo una maestra conocida en la Normal y justo había lugar para los grados de mis hijos. Y mi marido me dijo, ¿para qué si ellos aprenden bien y están bien? Mi hijo mayor cuando puede viene a visitar su escuela y siempre habla con sus ex compañeros de lo que vivieron acá“

En la comunidad la escuela es muy valorada por su tarea pedagógica. Una madre nos cuenta: «Yo hablo con muchas mamás y comentamos sobre la enseñanza y comparamos lo que hacen, y otros dicen ‘yo voy a ver si el año que viene los mando ahí’”.

La maestra de 7º grado le otorga especial relevancia a la comprensión lectora y a la escritura como habilidades que no puede dejar de desarrollar en sus alumnos: “Para mí lo más importante es que puedan interpretar textos, que aprendan a leer y escribir. Aunque sentís que no te alcanza el tiempo”

El equipo docente confía en sus alumnos y en sus posibilidades de mejorar. Esto se puede en la ampliación del tiempo escolar y la implementación de estrategias para la recuperación del aprendizaje. Ambas acciones favorecen los logros y el desarrollo de un concepto positivo sobre cada uno de los alumnos.

Durante la estadía en la escuela observamos varios niños con dificultades complejas para resolver por un maestro sin formación especializada. La heterogeneidad de los grupos es muy significativa. Todos son tratados con mucho afecto y cariño por sus docentes y los niños con más dificultades reciben ayuda de los maestros del CAI sin que los maestros del año se desentiendan de sus problemas de aprendizaje. La directora relata que la maestra de 4° año este año logró recuperar a 5 niños con dificultades en la lectura.

También cuentan con un proyecto de recuperación de aprendizajes (PRA) que realizan con la escuela especial.

Una maestra recién incorporada sostiene: “Hace un mes y medio que estoy y tengo 11 años de experiencia como docente. Lo que noté en este escuela es que es súper- humanitaria”.  (Maestra de tecnología).

A pesar del contexto adverso en el que trabajan docentes y directivos, la escuela presenta muy bajos porcentajes de repitencia (1% en total). En el último año han repetido alumnos en 4º y 6º grado y en ambos casos constituyen un 3,6 % y un 3,9% de la población de cada uno de los grados, cuando el promedio provincial es de 7,3 % y 4,3% para sendos grados.  Por los porcentajes bajos de repitencia, la escuela 770 también presenta bajos porcentajes  de sobreedad si se comparan con el promedio provincial.

La educación integral como objetivo

Se observa particularmente que existe un trabajo intenso y transversal sobre valores y alertan a los niños sobre los riesgos y las consecuencias de las adicciones. Una madre afirma: “Hacen talleres sobre droga, alcohol, cigarrillos. Ellos tienen que buscar la información y ellos pueden ver el riesgo y el peligro”.

votación cooperativaEl proyecto que abarca a todos los grados y la escuela en su totalidad es el de cooperativismo. Se ha conformado una cooperativa, y los responsables de ella son los chicos de 6° y 7°. Grado. Desde la cooperativa se resuelven varios problemas de la escuela: compra de insumos para la limpieza de la escuela, compra de materia prima para preparar las meriendas, etc. En los talleres de cocina los chicos elaboran distintos productos que venden para reunir fondos. Los alumnos tienen a su cargo el quiosco en el que venden golosinas y también comida saludable (manzanas, yogurt, jugos). Un exalumno, especialista en cooperativismo, asesora a la escuela en este tema y ayuda en la organización de las acciones de la cooperativa. Los alumnos votan para elegir al consejo que dirige la cooperativa.

Cuidar y aprovechar el tiempo escolar

A su vez, en la Escuela 770 existe un trabajo sistemático para reducir el ausentismo escolar. Este fenómeno tiene un alto impacto en las escuelas que atiende sectores vulnerables. Los factores de riesgo individual que propician el ausentismo detectados en estudios sobre el tema, son: baja autoestima, escasas habilidades sociales, condiciones de salud, escaso apoyo de la familia para cumplir con la asistencia (González González, 2013). En el caso de esta escuela se suma también el trabajo infantil que realizan los niños con sus padres en la tarefa. Al respecto una madre describe que deben que rendir cuentas sobre la causa de las faltas de sus hijos.

“Es una escuela exigente. No son exigentes en el extremo de decir “tráiganme tal libro”. Pero les exige el cumplimiento, que concurran a la escuela y si no vienen averiguan por qué no viene. Los padres tenemos que acercarnos a decir por qué nuestro hijo faltó a la escuela.” (Mamá con varios hijos en la escuela)

El aprovechamiento del tiempo escolar también se observa cuando un docente falta. En esos casos, otro docente del equipo toma a su cargo a los niños del maestro ausente. Esta medida, que permite albergar a los niños todos los días en la escuela, genera un efecto positivo en la importancia que los niños y sus familias le otorgan al trabajo escolar.

El Centro de Actividades Infantiles (CAI),  ha generado una fuerte pertenencia de los niños con la escuela, quienes asisten fuera de hora para realizar distintas actividades. Este último es un proyecto del Ministerio de Educación de la Nación que ofrece apoyo a los niños con dificultades de aprendizaje en Matemática y Lengua y al mismo tiempo invita a los alumnos a concurrir los días sábados para realizar actividades recreativas.

El CAI funciona 3 veces por semana. Ofrece apoyo pedagógico de dos horas en contraturno para todos los grados. Ofrecen talleres de teatro, tecnología y danzas. Incluso en el verano tienen talleres y actividades con otros docentes. Existe un alto compromiso de los docentes para favorecer la participación de los alumnos. Incluso, cuando se ausentan los buscan en sus casas.

Escuela y comunidad: un binomio cooperativo

reu padresLas escuelas que logran inclusión y calidad educativa aún en contextos adversos tienen claridad respecto de qué es lo que esperan de las familias y buscan caminos para conseguirlo (Raczynski, 2006). Respecto a este aspecto hemos observado que en la escuela 770 la directora hace mucho hincapié en el trabajo conjunto que realizan con las familias y en el apoyo que reciben de ellas.

Se realizan reuniones con los padres para el inicio de las clases, para la entrega de los boletines de calificaciones y en ese encuentro los docentes explican cómo fue el aprendizaje de los niños.

Asimismo, en las jornadas de tecnología, artística y del Día de la tradición, existe una participación muy activa de los padres. Participan también de las jornadas de trabajo sobre valores, del día del maestro, y de numerosas actividades requeridas para reunir fondos (polladas, locros, venta de rifas, etc.).

Una maestra destaca el compromiso de las familias y agrega: “Sin los padres no hubiéramos logrado lo que logramos”. A su vez, las familias encuentran en la escuela un lugar cálido de recibimiento, uno de ellos afirma: “Siempre que venimos somos atendidos y nos informan sobre lo que pasa con nuestros hijos.”

La Escuela 770 es una escuela donde el clima del aula y de la escuela constituye una fortaleza y donde directivos y docentes se comprometen humana y pedagógicamente con cada uno de los niños que asisten a ella.  La preocupación de la directora por la dimensión pedagógica, las inquietudes profesionales de los docentes y la alianza establecida con las familias, hacen de la escuela 770 una escuela que responde con eficacia a los desafíos que impone la adversidad del contexto.  De este modo contribuye con la construcción de una mayor justicia educativa en la provincia de Misiones.

[1] Los misioneros utilizan la palabra “tarefa” para describir el proceso de cosecha de la yerba mate en el que separan de la planta las hojas maduras y arman con ellas paquetes de entre 70 y 100 kg.

[2] Instituto Provincial de Estadística y Censos.

[3] La Feria de Ciencias (que se realiza en las escuelas desde la década del 80), ocupa un lugar muy importante en el trabajo del aula y de la escuela. Para esta feria se preparan proyectos que concursan entre sí en la escuela y luego pasan a una instancia zonal, regional, nacional e internacional.

[4] En la estadía en la escuela observamos cómo la policía colaboraba con este proyecto ofreciendo una charla a los chicos de 6º grado. Clasificaron las señales y  las armaron con materiales reciclables para conversar con sus compañeros sobre ellas.