Las escuelas

Salta

Escuela N° 5035, Salta capital

Introducción

Una escuela que inspira. Así es la Escuela N° 5035 “Batalla de Salta”. Inspira porque se preocupa por la inclusión de los jóvenes, sus aprendizajes y su integración. Su cuerpo docente está altamente comprometido en su tarea, y trabaja como colectivo en pos de los desafíos de educar a todos.
Esta escuela es una institución de nivel secundario ubicada al norte de la ciudad de Salta. Hoy asisten 648 alumnos distribuidos en dos turnos.

La escuela comenzó a funcionar en 1983 para cubrir las necesidades de la población de Campo Castañares que comenzaba a establecerse en casas precarias y a conformar una pequeña ciudad. Hasta ese momento quienes querían continuar sus estudios secundarios debían trasladarse a un colegio vespertino de Ciudad del Milagro.

Inicialmente el colegio Batalla de Salta funcionó en horario vespertino (de 18 a 22 horas), en el edificio una escuela cercana. Uno de los docentes más antiguos comenta: “Fue una época maravillosa, venían los chicos de la barriada o los chicos del centro que fracasaban allí”. Aquel mandato inicial, que comprometía a los docentes con el ingreso y la permanencia de jóvenes en el nivel secundario, continúa vigente.

Una escuela que valora el trabajo pedagógico

Los alumnos de la Escuela N° 5035, como los de tantas otras escuelas del país, están expuestos a situaciones de adicción, violencia, peleas y amenazas y, en muchos casos, carecen de acompañamiento de sus familias en su trayectoria escolar.

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Esta realidad exige a los docentes acompañar emocionalmente a los jóvenes: en la escuela “Batalla de Salta” esto no es una excusa para no comprometerse con su quehacer educativo. Allí los aprendizajes ocupan un lugar central en la agenda escolar.

En nuestra visita pudimos apreciar el trabajo que realizan docentes y directivos en cada área de enseñanza y cómo reflexionan en equipo sobre los resultados al cerrar cada etapa de evaluación. Especifican los porcentajes de alumnos que aprobaron y desaprobaron y detallan con qué estrategias ayudarán a progresar a los que aún no aprobaron.

La coordinación de la enseñanza es clave para garantizar la gradualidad en el desarrollo de los contenidos y favorecer mejores procesos de aprendizaje. Para coordinar la enseñanza es indispensable que los docentes conversen entre sí y generen acuerdos sobre contenidos y criterios de trabajo. En este sentido, la profesora de Matemática sostiene que hay una buena organización, circulación óptima de la información, reuniones por áreas para conversar”, y explica que cada año analizan cómo desarrollar los temas y acuerdan cambios para el siguiente año.

En la Dirección hay una carpeta por cada área que se completa por trimestre, que constituye una herramienta para lograr esta coordinación. La carpeta contiene los programas, los proyectos curriculares, la evaluación de cada curso, la evaluación del coordinador, la mención de actividades destacadas y la autoevaluación de los docentes.

La escuela tiene un equipo docente comprometido, de mucha antigüedad y la mayoría tiene una alta carga horaria. La directora reconoce este aspecto como una fortaleza institucional y destaca su importancia.

La organización de la información referida a cada área y a cada alumno colabora en la realización de intervenciones sistemáticas y con el seguimiento de las trayectorias de los jóvenes. Así resulta más fácil identificar situaciones críticas o de riesgo de abandono y generar estrategias para dar ayudas a tiempo. Una docente afirma: “Nosotros presentamos una planilla sobre cada grupo de alumnos después de cada etapa de evaluación y detallamos con qué estrategias ayudaremos a los que no aprobaron. En otros colegios todo queda ahí. Acá las cosas van en dirección a mejorar la práctica docente y lograr mejorar los aprendizajes”.

La escuela tiene un equipo docente comprometido, de mucha antigüedad y la mayoría tiene una alta carga horaria. La directora reconoce este aspecto como una fortaleza institucional y destaca su importancia.

A su vez, el plan de mejora atiende distintas dimensiones del funcionamiento institucional y es aprovechado para atender aspectos pedagógicos clave. El rol de los profesores tutores es muy importante para trabajar con los alumnos en riesgo y estar en contacto con sus familias. Además, hay una línea de trabajo con apoyo a los alumnos que tienen que rendir materias previas y se ofrece capacitación a padres por la problemática de adicciones. También han realizado diferentes capacitaciones para la tarea docente: para preceptores y para docentes sobre temas de evaluación, entre otras cuestiones.

Por otro lado, el aprovechamiento del tiempo escolar es parte de la estrategia para mejorar los aprendizajes. Si un docente se ausenta, los alumnos no se retiran a sus hogares ni tienen “hora libre”. Los preceptores toman la hora para trabajar en actividades de aprendizaje que los docentes dejan organizadas en una carpeta.

El turno tarde con el mismo status que el turno mañana: una estrategia para reducir la segregación

La agrupación heterogénea de los alumnos entre y dentro de las escuelas es fundamental para lograr mejores aprendizajes, mayor equidad y mayor integración social. Sin embargo, además de la segregación entre escuelas (muchas veces producto de tendencias que escapan al sistema educativo), en muchas escuelas se suelen agrupar a los alumnos por niveles de dificultad.

En la Escuela N° 5035 existía una fuerte preocupación por la diferenciación entre el turno mañana y el turno tarde. Los alumnos que repetían su año de estudio y querían permanecer en la escuela debían inscribirse en el turno tarde. Esta diferencia ubicaba en un lugar de marginalidad a los alumnos del turno tarde, que comenzó a caracterizarse por la sobreedad y la falta de éxito en el estudio común a los alumnos del grupo.

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El equipo directivo diagnosticó esta situación y decidió modificarla. Así lo explica la directora: “Antes, el turno tarde era el castigo por haber repetido. Ahora decidimos que cada alumno repita en su turno y estamos trabajando para que no tengan ese estigma y mejoren su rendimiento. Muchos profesores son los mismos para ambos turnos”.

Actualmente se limita el número de inscriptos que vienen de otras escuelas en el turno mañana para poder aumentar los inscriptos en el turno tarde.

En la escuela todavía hay más alumnos repetidores a la tarde porque el cambio está en proceso, pero se preocupan especialmente para que la propuesta educativa sea de igual intensidad.

Respecto a los resultados de esta estrategia antisegregacionista, la profesora de Matemática afirma: “En los dos turnos se trabaja igual, quizá hay más repetidores a la tarde pero a la tarde tengo un grupo más trabajador que a la mañana”.

Una madre, testigo de estos cambios, se alegra de que su hija no haya abandonado la escuela al repetir. Al respecto, expresa: “Mi hija repitió y en ese momento los que repetían tenían que ir al turno tarde. Yo pensé que iba a abandonar pero ya está terminando la secundaria. Mis otros hijos están a la mañana y yo ya no veo diferencias entre los turnos. La iba a cambiar pero decidí dejarla a la tarde”.

Un clima escolar donde las reglas son consensuadas con docentes, alumnos y familias

En la escuela “Batalla de Salta” hay acuerdos de convivencia y un intenso trabajo con las familias de los chicos y chicas que tienen más dificultades de conducta.

La directora enfatizó la importancia de que cada integrante de la comunidad educativa conozca sus derechos y deberes y que el reglamento fue consensuado con los docentes y las familias. Explica, por ejemplo, que no está prohibido el uso del celular, pueden llevarlo a la escuela y está bajo su responsabilidad no usarlo en el horario de clase. Es decir que no se sanciona a los alumnos por llevar el teléfono al colegio sino por su uso inadecuado.

“En general me llevo una experiencia increíble en cada punto, parte de cada año que cursé. Fui “madurando”, creciendo como persona, en la moral y ética, ya que cuando empecé a cursar el secundario había, leyes y reglas dentro del cole que por ahí en la primaria no había. En conclusión, todo fue bueno para mí”.

Otro ejemplo es el uniforme, muy utilizado en las escuelas públicas salteñas. En esta escuela, el uniforme es resultado también de un acuerdo con las familias y los alumnos, que eligieron los colores tras un concurso. También está prevista la firma de un acta de compromiso para reducir las inasistencias.

Al preguntarles a los alumnos mayores qué aprendieron durante estos años, ellos destacan aspectos académicos, de socialización y vinculados con el buen clima institucional. Algunos de los alumnos más grandes describen:

“En general me llevo una experiencia increíble en cada punto, parte de cada año que cursé. Fui “madurando”, creciendo como persona, en la moral y ética, ya que cuando empecé a cursar el secundario había, leyes y reglas dentro del cole que por ahí en la primaria no había. En conclusión, todo fue bueno para mí”.

“La escuela me ayudó en esta etapa de mi vida, mejoré como persona y aprendí a ser más respetuoso con mis compañeros”.

“Siento que aprendí bastante, siento que me formé bastante bien para luego ingresar en la universidad o terciario. Además, aprendí nuevos valores y varias cosas que no se borrarán”.

El clima institucional es un proceso en continua construcción. A través de las reglas acordadas se han realizado importantes avances, pero en la escuela se sigue trabajando en ello.

El aprendizaje y la convivencia como pilares

Los adolescentes necesitan encontrar el sentido a la escuela y este es un gran desafío para quienes tienen a su cargo la gestión y la enseñanza en las escuelas secundarias.

En la escuela Batalla de Salta los estudiantes se sienten a gusto en la escuela. Como expresa una profesora, sienten que el colegio les sirve y los confirma y que, al mismo tiempo, les brinda herramientas para seguir estudiando.

Una alumna del último año afirma: “En todos estos años siento que aprendí muchas cosas, conocimientos nuevos, información académica, datos culturales, etc. Eso en cuanto a formación escolar. Por otro lado, en lo social hice muchísimos amigos, compartimos emociones, peleas, convivimos todos los días del año, uno tras otro, a veces con diferencias o a veces felices y disfrutando el momento”.

El aprendizaje y la convivencia son los pilares que sostienen el sentido de la escuela para los adolescentes. El equipo de gestión y los profesores de la Escuela Nº 5035 muestran que allí se centran sus preocupaciones y sus acciones.